Es inevitable alegrarse cuando se da un caso como el del vídeo en el que un ladrón es retenido, atrapado y pateado por sus víctimas. Su compañero consiguió escapar pero él se vio acorralado y tras recibir una buena paliza fue retenido hasta la llegada de la policía.
Seguro que la próxima se lo piensa dos veces antes de dar el palo.